El turismo sostenible en las montañas puede contribuir a crear más opciones y alternativas de medios de vida y promoción del alivio de la pobreza, la inclusión social, así como la conservación del paisaje y la biodiversidad. Está es una forma de preservar el patrimonio natural, cultural y espiritual, para promover la artesanía local y productos de alto valor y celebrar muchas prácticas tradicionales como festivales locales.

El turismo de montaña atrae entre el 15 y el 20 por ciento del turismo mundial. La planificación sostenible del turismo de montaña es crucial para las comunidades andinas.

Las montañas ofrecen un abanico de posibilidades para los turistas, ofreciendo un lugar para refrescarse, Recargar y conectar con  la naturaleza. Al mismo tiempo, el turismo sostenible puede servir como un importante impulsor del desarrollo socioeconómico en las zonas montañosas.

El turismo comunitario bien administrado aumenta y diversifica los ingresos de los hogares, mejora las oportunidades laborales y de subsistencia, apoya los sistemas tradicionales, genera resiliencia y ayuda a conservar y promover el patrimonio natural y cultural en todos los paisajes.

El turismo ha demostrado ser un salvavidas para muchas comunidades en las regiones montañosas y puede desempeñar un papel de liderazgo en la protección de estos frágiles ecosistemas. A medida que el turismo global emerge de la nube de la pandemia, tenemos la oportunidad de repensar el sector y los beneficios que ofrece. A más largo plazo, esto podría abrir el camino a nuevas oportunidades para las montañas y sus habitantes. Los viajeros buscan cada vez más formas de reconectarse, con un bajo impacto con la naturaleza, las tradiciones y culturas locales, y experiencias al aire libre y en destinos menos concurridos. Esto es particularmente importante en las montañas, que están bajo la presión de los impactos de la crisis climática, los desastres naturales y la pérdida de biodiversidad.

Las montañas son destinos turísticos en todo el mundo y atraen visitantes por su belleza escénica, atracciones deportivas y rico patrimonio cultural. El turismo representa una fuente de ingresos y oportunidades económicas para las comunidades rurales remotas de las montañas. También puede ayudar a revitalizar las tradiciones locales y los sistemas alimentarios.

Sin embargo, el turismo también está asociado con impactos potencialmente negativos en los ecosistemas, como la contaminación y la pérdida de biodiversidad, así como en el tejido social y cultural de las comunidades de montaña. El cambio climático es uno de los mayores retos en los destinos de montaña, con impactos que incluyen aumentos del riesgo de fenómenos meteorológicos extremos.

La fragilidad del patrimonio natural, social y cultural inherente a las regiones de montaña determina la competitividad y la calidad del turismo que se ofrece en las montañas. Por lo tanto, es imperativo un enfoque sostenible del turismo de montaña en todos los países, con el fin de promover el crecimiento a largo plazo, manteniendo al mismo tiempo un uso equilibrado de los recursos.

En el desarrollo del turismo de montaña, es fundamental generar diversificación de ingresos y revitalizar productos y servicios, con un cambio de productos y actividades turísticas de alto impacto a otros de bajo impacto y sensibles al cambio climático.

Los productos nuevos e innovadores pueden transformar las zonas montañosas en destinos turísticos atractivos. Entre muchas posibilidades se encuentran el turismo gastronómico, el turismo comunitario, el turismo espiritual, el turismo rural, el agroturismo y el turismo cultural.

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